El caso de las empresas que invierten en la protección y conservación del medio marino

Nuestra Directora de Sostenibilidad y Vicepresidenta, Gloria Fluxa, habla de la importancia de que las empresas lideren la carga de proteger los recursos naturales en el Informe de Impacto de 2019 titulado «El caso empresarial de la protección y conservación marina». En este documento, vinculado al final, se propone que para que la protección marina alcance la escala deseada, las empresas deben participar en el desarrollo de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) y otras medidas eficaces de conservación basadas en la zona (OECM).

Una Zona Marina Protegida es un espacio geográfico claramente definido dedicado a lograr la conservación a largo plazo de la naturaleza. Las zonas marinas protegidas son un servicio importante para mantener, y en algunos casos mejorar, la salud de los océanos a largo plazo. Aunque actualmente sólo representan un pequeño porcentaje del océano (entre el 3 y el 8%, aunque existe el objetivo mundial de alcanzar el 30% de protección para 2030), la cantidad de valor potencial que estas zonas presentan para las empresas y la zona circundante es muy alta. Todavía queda un vacío para la ampliación de la protección marina costera y hasta ahora, la gran mayoría de las AMP están financiadas por gobiernos progresistas.

El establecimiento de zonas marinas protegidas para empresas privadas no es tan sencillo como declarar una zona protegida, pero existen retos asociados. Uno de los problemas es que las ZMP funcionan principalmente a nivel local y dependen de una única corriente de ingresos, por lo que las empresas privadas tienen que ocuparse de una amplia gama de sectores con intereses contrapuestos.

Además, los beneficios financieros de la protección de esas zonas son difíciles de calcular debido a la corriente de ingresos indirectos. Un ejemplo esbozado en este documento se refiere a la langosta espinosa del Caribe, el valor comercial que presenta (aproximadamente 1.000 millones de dólares) y el valor que no se ve al asegurar su sostenibilidad. Al proteger la especie (lo que Iberostar hace, por ejemplo, en la República Dominicana, al observar el cierre de la langosta local durante los meses de marzo a junio) permite que la población prospere y aumente la productividad ecológica.

Dicho esto, hay caminos a seguir para que las empresas desempeñen un papel instrumental en el establecimiento de AMPs. Desde el punto de vista financiero, los AMP representan un activo subexplotado, un activo que puede adquirirse a bajo costo hoy y conservarse para su valor más adelante a fin de garantizar los rendimientos financieros. Además, se prevé que el monto de las inversiones que se destinan a la industria pesquera casi se duplique en el próximo decenio, y la inversión en zonas marinas protegidas ayuda a proteger esas corrientes de ingresos para las empresas.

La figura que figura a continuación se centra en el caso comercial que se hace para la conservación y protección de los océanos, pone de relieve el riesgo y la oportunidad asociados a las diferentes acciones, así como la complejidad para las empresas. La designación de AMPs presenta una gran oportunidad con poco riesgo.

Por último, pero no menos importante, el caso de los negocios es la oportunidad de liderar. Al establecer Áreas Marinas Protegidas y desarrollar planes ambientales, se está diciendo que la protección del medio ambiente es una forma de asegurar tanto el futuro del planeta como el negocio en sí.

Iberostar entiende la necesidad de proteger los ecosistemas que rodean nuestras propiedades y contribuir a la sostenibilidad en los océanos. Como se indica en dos de nuestros objetivos a largo plazo, Iberostar tendrá mariscos 100% responsables para 2025 y todos los ecosistemas que rodean las propiedades de Iberostar están mejorando en salud ecológica junto con el turismo rentable para 2030. Este último es representativo de este documento. Las empresas pueden proteger el medio ambiente y crear valor económico.